Inteligencia Emocional (IE)
Clásicamente se le ha dado un gran peso a nuestro desarrollo académico, laboral, profesional, y social, y se ha establecido que alcanzar estos logros depende directamente de un coeficiente intelectual (CI) promedio o elevado.
El desarrollo personal y humano depende de un gran cúmulo de factores externos (familia, educación, cultura, ambiente, sociedad entre tantos) e internos (salud corporal y emocional)
Las emociones forman parte de nuestras vidas desde que somos concebidos.
Bien demostrado está el vínculo madre-niño durante el embarazo y la importancia de las expresiones de amor, cariño y alegría por su llegada por parte de la madre y familiares del niño antes de nacer.
Nuestra vida no puede divorciarse de las emociones manifestada como respuesta a estímulos de cualquier índole.
En la vida actual se valora cada vez más la respuesta ante los retos, ante los problemas personales u obstáculos (salud, social, laboral, de pareja, familiar) y esta respuesta depende mucho de expresiones emocionales.
La inteligencia emocional (IE) se define como un conjunto de habilidades que una persona adquiere desde el nacimiento o que posteriormente aprende durante las vivencias, donde destaca ciertas cualidades como la empatía, motivación, autocontrol, iniciativa, entusiasmo y principalmente manejo de emociones.
La inteligencia emocional, también conocida como cociente emocional o EQ, es la capacidad de comprender, usar y manejar sus propias emociones de manera positiva para aliviar el estrés, comunicarse de manera efectiva, empatizar con los demás, superar los desafíos y desactivar conflictos. La (IE) ayuda a construir relaciones más sólidas, tener éxito en la escuela y el trabajo, y lograr sus objetivos profesionales y personales.
También puede ayudarlo a conectarse con sus sentimientos, convertir la intención en acción y tomar decisiones informadas sobre lo que más le importa.
La IE se refiere a la capacidad de los individuos para reconocer sus propias emociones y las de los demás, discernir entre diferentes sentimientos y etiquetarlos.
Es muy importante que se difunda cada día más el conocimiento sobre la (IE), y buscar las herramientas para gestionarla durante la infancia, reconociendo que un coeficiente intelectual no es suficiente para logra un equilibrio rumbo a la felicidad o la armonía y que solo con la fusión del sustrato intelectual con la inteligencia en el manejo de emociones se logra el objetivo más cercano a el éxito y excelencia en el desarrollo humano.
Dra. Mildred T. Rojas
Médico Pediatra con amplia y reconocida experiencia en Neurología Pediátrica
Valencia, España