Funciones de los Lóbulos Cerebrales y su influencia en la Conducta

Los lóbulos cerebrales son zonas neuroanatómicas que forman cada hemisferio cerebral, los cuales son:

- Frontales: Pensamiento, planeamiento, decisión, juicio, creatividad, resolución de problemas, comportamiento, valores, hábitos. Es altamente ejecutivo.

- Parietales: Información sensorial como tacto, olor, gusto, presión, temperatura, datos espaciales, verbales y físicos.

- Temporales: Audición, intensidad del sonido, tono, lenguaje, memoria y emociones

- Occipitales: Información visual, la atención, percepciones, inteligencia, creatividad, memoria y las emociones.

Se ha reportado que la influencia del medio exterior tiene la capacidad de modificar las conexiones de los circuitos cerebrales determinados genéticamente, por lo que se ha considerado que el medioambiente es un adaptador evolutivo. La particularidad esencial del sistema nervioso en el niño es la capacidad de conservar las huellas de los procesos que ocurren en él, por lo que es preciso repetir los estímulos hasta formar un reflejo condicionado.

Otras propiedades que tienen particular interés en el niño pequeño son la fuerza (basada en la capacidad de trabajo de las neuronas para soportar actividades prolongadas o la acción de estímulos fuertes), la movilidad (paso de un proceso de excitación a uno de inhibición o a la inversa) y el equilibrio (estabilidad de los procesos de excitación e inhibición).

Estas peculiaridades en el niño determinan una elevada extenuación funcional de las células nerviosas, una baja estabilidad de la atención y una excitación protectora que se desarrolla rápidamente y se manifiesta en forma de inquietud motora y distracción durante las actividades.

Habitualmente, las manifestaciones observadas ante perturbaciones de la actividad nerviosa superior son: Inquietud, alteraciones del sueño, cambios en los hábitos y control de esfínteres, automatismos viciosos, trastorno del habla, alteraciones del estado de ánimo, difícil concentración y torpeza motora.

La doctrina relativa a la actividad nerviosa superior ha hecho posible descubrir la base fisiológica y las leyes de la actividad psíquica, ayuda a comprender el origen y el desarrollo de la conciencia humana, confirma el acierto de la tesis filosófica según la cual la conciencia es una función de la materia altamente desarrollada del cerebro.

Dra. Mildred Teresa Rojas - Neuropediatra

mildredtrrdg@gmail.com

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