Funciones de la Conducta

La conducta, se define como las acciones que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y a los vínculos que establece con su entorno, razón por la cual es importante que se analicen los antecedentes y consecuencias de esta cuando intentamos analizarla. Al conocer los antecedentes y consecuencias, podremos determinar la función que cumple la conducta y sólo de esta manera conseguiremos crear un plan que pueda ayudar a reemplazar una conducta disruptiva o socialmente inaceptable. La conducta tiene cuatro funciones: atención, acceso a tangible, escape y sensorial o automática.

- Conducta mantenida por atención: Se da cuando la persona realiza una acción para obtener la atención de los demás. Por ejemplo, cuando un niño llora o interrumpe una conversación. Ante este tipo de conducta si se atiende inmediatamente, se estará reforzando, por lo que la probabilidad de que la repita en un futuro es alta. Ante un niño que llore, dependiendo del contexto en que lo haga, es conveniente asegurarse que no presente fiebre, dolor o que algún animal le haya provocado algún daño, por lo que es importante saber diferenciar el tipo de llanto.

- Conducta mantenida por acceso a tangibles: Se puede observar cuando la persona tiene una conducta para acceder a un artículo de su preferencia. Por ejemplo, un niño que realice una rabieta para que su madre le compre lo que él quiera y ella acceda, la conducta se repetirá cada vez que desee algo y su madre inicialmente se la niegue.

- Conducta mantenida por escape: Se puede observar cuando la persona tiene una conducta para evitar una situación. Por ejemplo, la madre le pide al hijo haga la tarea de matemáticas, el niño sale corriendo al patio a jugar, la madre retira la demanda y permite al niño jugar en el patio y no hacer la tarea, en este caso se está reforzando la conducta evasiva de cumplir con un mando, orden o instrucción.

- Conducta mantenida por estimulación sensorial o por reforzamiento automático: Es cuando la persona tiene una conducta determinada porque le produce tranquilidad, calma la ansiedad, por ejemplo, cuando un niño se chupa el dedo o se ensortija el pelo con el dedo de la mano.

Una de las claves para mejorar y reducir las conductas disruptivas es la comunicación, por lo que es conveniente escuchar qué tienen que decir nuestros hijos y en aquellos casos de niños que tengan dificultades para comunicarse, es recomendable buscar a un especialista en ABA.

Susana Pereira - Terapeuta Ocupacional - Terapeuta de Conducta

Educadora en Masaje Infantil

Valencia - España

Bibliografía consultada: Makoto Shibutani. El Lenguaje del ABA.

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